domingo, 16 de junio de 2013

Advierten del riesgo de ictus en personas con prehipertensión

S. Gutiérrez

Última revisión miércoles 28 de septiembre de 2011

Una presión arterial elevada, aunque sea muy leve, puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular, según una revisión de estudios publicados en
 Neurology.
«Se necesitan más estudios para ver si la reducción de la presión arterial en personas con prehipertensión puede ayudar a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular», señala el autor del estudio, Bruce Ovbiagele, de la Universidad de California, San Diego (EE.UU.).
La prehipertensión se define por una presión arterial sistólica de entre 120 y 139 mm Hg o presión arterial diastólica entre el 80 y 89 mmHg.
Para la revisión, los investigadores analizaron los resultados de 12 estudios anteriores referentes a la presión arterial y la incidencia de accidentes cerebrovasculares de 518.520 adultos. Se incluyeron los estudios mediante la búsqueda de bases de datos médicas y bibliotecas.
Otros factores
La revisión encontró que las personas con hipertensión tenían un 50% más de probabilidades de desarrollar enfermedad cerebrovascular en comparación con aquellos con cifras normales de presión arterial, incluso teniendo en cuenta factores como la edad, el sexo, la diabetes, la obesidad, el colesterol y el tabaquismo.
Además, las personas jóvenes y de mediana edad pueden tener un mayor riesgo de accidente cerebrovascular. La revisión encontró que los menores de 65 años con prehipertensión tenían una probabilidad de un 80% mayor de desarrollar accidente cerebrovascular que las personas con presión arterial normal. «Estas personas pueden beneficiarse de inmediato de los métodos de reducir la presión sanguínea, tales como la reducción de la ingesta de sal y el peso, para ayudar a reducir el riesgo de accidente cerebrovascular», señala Ovbiagele.
nota
La información médica ofrecida en esta web se ofrece solamente con carácter formativo y educativo, y no pretende sustituir las opiniones, consejos y recomendaciones de un profesional sanitario.
Las decisiones relativas a la salud deben ser tomadas por un profesional sanitario, considerando las características únicas del paciente.

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